martes, 6 de enero de 2015

Los niños son esponjas

Exactamente, los niños son iguales que esponjas. Esponjas monas, pequeñitas, a veces ruidosas y otras veces insoportables.

La razón por la que vengo escribiendo esta entrada hoy es porque, en una de mis miles conversaciones con clientes, una señora me comentaba lo preocupada que estaba por su próximo viaje a Taiwán. De estas sencillas primeras líneas compartidas ha derivado a una conversación larguísima de casi media hora, donde la señora me ha explicado como su apuesto hijo español se había casado con una preciosa "chinita" (menuda manía de llamarnos así, ¿no?) y fruto de este magnífico amor ha nacido una monísima niña china (insistiéndome que la niña no era nada española porque tenía carita de "chinita total" y que estaba enamoradísima de su nieta, enseñándome la foto de rigor en su iPhone 6). Su preocupación venía a que no tenía ni idea de chino (ni de inglés) pese que su nuera sea china, su hijo habla chino, su nieta es china, viven con los suegros chinos y viven todos como familia feliz en China. Tendría que pasar los próximos dos meses (¿o eran uno? demasiada información adquirida a máxima velocidad) hablando con la pared si en un plazo de 10 días no aprendía chino. Y no, señora, con su edad en 10 días no aprenderá ni un poquito de chino, tampoco le será mucha ayuda comprarse un diccionario español-chino en El Corte Inglés (ojito que en Palma aún no hay librerías especializadas en idiomas que tendrán mejor material, no, que va), ni colapsará a su nieta de 4 meses (probablemente no entienda ni la mitad de cosas que le digas) si le habla en español. El chino es un idioma complicado (pero si le coges el truco te encantará) que no tiene nada que ver con el español.

"Porque claro, su madre y sus abuelos le hablan en chino, mi hijo le habla en español y en el colegio privado que le van a matricular es británico y hablará en inglés. Y yo ya le digo a mi hijo que eso va a ser demasiado, que la niña tiene que volver a España porque sino no hablará el español bien y yo no quiero que estén allí". Claro que no, mejor estar en un sitio donde tiene una de las tasas de paro más altas de Europa y que tu hijo no esté en el lugar que él ha elegido para su carrera profesional y donde ha formado una familia porque quieres que la niña hable bien el español. Si señor, esto es globalización.  Ay lo que hay que escuchar, cuánta tontería.

¿A donde quiero llegar con esto? Con algo que yo pensaba que era totalmente lógico y es que: cuantos más idiomas aprendan de pequeños tus hijos, nietos, sobrinos, primos, etc. mejor. Cuanto más temprano se comiencen con los idiomas mejor y está científicamente probado que los niños tienen capacidad "esponjil" en cuanto aprendizaje en su más temprana edad y los bilingües son ligeramente más inteligentes. Además de que una vez adultos tienen más facilidad de aprender idiomas. Por lo tanto, si tenéis la oportunidad de que vuestros retoños o allegados puedan tener formación de idiomas extras, aprovecharla, en serio, no va a ser un "maltrato infantil" porque tenga menos horas para jugar, ni va a ser un sacrificio enorme, ni quitarle su infancia, ni le vamos a colapsar. Es algo totalmente necesario en el siglo y la situación que estamos. Cuantos más idiomas, más próximos al éxito. Al menos en el ámbito laboral. Y no es lo mismo aprender a hablar un idioma con 5 años que con 50, cuando la actividad cerebral ya disminuye.

Aprender y aprender, nunca está de más, cuanto más joven, mejor. Así que poneos con el chino, el inglés, el swahili, el francés o lo que queráis. Pero nunca dejar de aprender.